El control de la producción de polvo en el lugar de trabajo puede ayudar a prevenir la silicosis. Cuando ésta no se puede controlar, los trabajadores deben usar máscaras que suministren aire externo limpio o que filtren completamente las partículas. Dicha protección puede no estar al alcance de todos los trabajadores en una zona polvorienta y, en ese caso se deben utilizar abrasivos distintos a la arena.
Los trabajadores expuestos al polvo de sílice deben hacerse radiografías de tórax con regularidad, cada 6 meses los que trabajan con chorros de arena y cada 2 a 5 años los demás, de modo que sea posible detectar cualquier problema cuanto antes. Si la radiografía revela silicosis, el médico probablemente aconsejará al trabajador que evite la exposición constante a la sílice.
Los trabajadores expuestos al polvo de sílice deben hacerse radiografías de tórax con regularidad, cada 6 meses los que trabajan con chorros de arena y cada 2 a 5 años los demás, de modo que sea posible detectar cualquier problema cuanto antes. Si la radiografía revela silicosis, el médico probablemente aconsejará al trabajador que evite la exposición constante a la sílice.